Con gran convocatoria se realizó el Seminario-Taller “Construyendo aulas inclusivas”

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12 / 01 / 2017

La actividad, organizada por la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial, contó con la participación del experto español Gerardo Echeita.

El expositor Gerardo Echeita.
El expositor Gerardo Echeita.

Eran las 10 de la mañana del pasado martes 10 enero cuando, ante un auditorio a máxima capacidad, Gerardo Echeita, doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y profesor titular del Departamento Interfacultativo de Psicología Evolutiva y de la Educación, en las Facultades de Psicología y Formación del Profesorado de la Universidad Autónoma de Madrid, comenzó a dictar el Seminario-Taller “Construyendo aulas inclusivas”.

La actividad, organizada por la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial -patrocinada por la Organización de Estados Iberoamericanos en Chile-, se dividió en dos etapas. En la primera, que tuvo la modalidad de seminario, Echeita abordó el tema de avanzar hacia la construcción de escuelas “extraordinarias”, concepto que refiere a centros educativos que incentiven  una sociedad más justa, igualitaria y equitativa.

“Estamos buscando construir escuelas extraordinarias que busquen romper esa idea dicotómica, que responde al pasado, de la escuela normal para unos y una escuela especial para otros. Ese esquema no encaja con la idea de avanzar a una sociedad inclusiva. No se avanza en inclusión desde la segregación, la separación y diferenciación de entrada a la escuela. Justamente ese es el periodo en el que formamos nuestra personalidad, nuestro carácter, es el único momento en nuestra experiencia humana en el que tenemos la oportunidad estructurada de encontrarnos con otros que son distintos”, apuntó el experto.

Echeita, quien ha centrado sus líneas de investigación e interés profesional en el análisis y evaluación de las políticas educativas en el ámbito de la atención a la diversidad y de la educación inclusiva; en el trabajo de asesoramiento psicopedagógico, así como en la difusión de prácticas y estrategias de aprendizaje cooperativo, hizo un diagnóstico del actual sistema escolar afirmando que “por mucho tiempo hemos construido escuelas solo para hombres, solo para blancos y solo para niños de clases pudientes y adineradas, eso es lo que estamos pretendiendo cambiar. Si queremos construir una sociedad más inclusiva, equitativa, justa y que valore la diversidad humana tenemos que pensar en qué escuela queremos construir, porque la que hemos heredado hasta hoy no es una escuela pensada para vivir en la sociedad actual. La hemos reformado, pero de manera muy superficial”.

Echeita además enfatizó en que hablar de inclusión, pero a su vez permitir prácticas segregadoras como la selección es simple y llanamente incongruente. “Si queremos construir las inclusividad es necesario que yo conviva con otros que son distintos a mí, que no piensan como yo, que son más lentos que yo, que se comunican peor que yo, que tienen comportamientos a veces disruptivos, violentos o incluso agresivos. Esas personas existen y esa es la sociedad que queremos construir, reconocer esa realidad y enfrentarnos a ella de una manera adecuada, pero para ello tenemos que estar juntos en las aulas, los pasillos, en los comedores y en las salidas que hacemos para hacer visitas y actividades extracurriculares”, afirmó.

A su vez, argumentó que no todas las medidas de inclusión adoptadas por establecimientos han sido exitosas. “Hemos sacado a muchos niños que estaban fuera de las escuelas comunes. Han entrado, pero están ahí, sin relaciones, sin amigos, sin ser valorados o estimados y siendo incluso víctimas de maltrato por sus compañeros en algunos casos. Eso no es lo que perseguimos ni mucho menos, lo que buscamos es el reconocimiento, la valoración, la estima, el respeto, repensar las prácticas educativas, las formas de trabajar, las medidas que podamos dejar de tomar para favorecer una convivencia que reconozca y respete esa diversidad”, sentenció.

En su segunda etapa, Echeita lideró un taller en que mostró el caso de las escuelas de Alberta, Canadá, cuyos modelos educativos y las políticas impulsadas por el Gobierno han permitido crear una comunidad educativa más inclusiva. También se mostró la experiencia del colegio madrileño Padre Piquer, que a través de su proyecto de aulas cooperativas multitarea ha logrado integrar a estudiantes mayoritariamente inmigrantes. Tras el visionado, los asistentes tuvieron la posibilidad de compartir comentarios al respecto e ideas de cómo incentivar la inclusión.

Para finalizar, Echeita apuntó a que “la sociedad no está lejos, no es sólo lo que está en la calle. La sociedad está en la escuela, todos los días los niños y las niñas pasan muchas horas en una escuela y en un aula. Eso es un encuentro social, y ahí es donde nosotros tenemos poder de transformación en esa sociedad pequeña, pero importante y relevante para muchos niños, para hoy y para el futuro. No es la preparación para una vida que vendrá 10 o 12 años después, la escuela es sociedad. Ahí los educadores tenemos una responsabilidad importante compartida con la familia y la comunidad educativa para hacer que esa experiencia social sea justa, comunitaria, inclusiva y respetuosa con la diversidad”.

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