Sally Farley realizó en la UDP charla sobre cómo crear aulas inclusivas

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05 / 05 / 2017

La académica británica es experta en Necesidades Educativas Especiales y se ha especializado en cómo tratar la dislexia en las aulas.

Sally Farley durante su presentación.
Sally Farley durante su presentación.

El pasado miércoles 3 de mayo, la experta inglesa Sally Farley realizó la charla “Creating Inclusive Classrooms”, donde reflexionó sobre cómo crear ambientes inclusivos en las salas de clases y fomentar la participación de los y las estudiantes.

La ceremonia, organizada en conjunto entre la carrera de Pedagogía en Inglés de la Universidad Diego Portales, la Oxford Univesity Press y la librería Books&Bits, tuvo una gran convocatoria de público para presenciar el trabajo de Farley, focalizado en las Necesidades Educativas Especiales (NEE).

Farley señaló que en el mundo hay más de 650 millones de personas con alguna discapacidad, considerando que solo en el Reino Unido “una de cada diez personas tiene dislexia y una de cada cien tiene autismo”, por lo tanto las NEE son un problema que “debe ser atendido”.

La experta puntualizó que las NEE que ha identificado a lo largo de su experiencia tienen que ver con no entender instrucciones, dificultades de concentración, discrepancia entre escritura y habla, dificultades para empezar o finalizar tareas, poca participación, poca respuesta a estímulos, dificultades para hacer amigos, entre otras.

Asistentes a la charla.
Asistentes a la charla.

Además fue enfática en que la vía para darles apoyo a los estudiantes con NEE es la aceptación, la confianza y la colaboración de todos ya que la exclusión es muy común y aumenta el “enojo, la ansiedad, la depresión, los celos y la tristeza y reduce el rendimiento intelectual y el control de los impulsos”.

“Somos todos diferentes, las diferencias en los humanos son normales y debemos adaptar nuestra enseñanza para ayudar a las necesidades individuales de cada alumno o alumna”, refirió Farley.

Otro de los puntos importantes de su trabajo es cooperar al buen uso del lenguaje, haciendo de éste una herramienta más inclusiva y que no haga sentir mal a los demás. La académica explicó las diferencias entre un lenguaje excluyente y uno inclusivo, marcado por el acompañamiento más que el castigo.

“Cometer errores es una parte vital del aprendizaje”, explicó Farley, añadiendo que las prácticas inclusivas tienden a crear confianza en quienes han tenido alguna NEE y hacen que aquellas personas “sean capaces de comunicar sus experiencias”.

Dinámica junto a algunos asistentes.
Dinámica junto a algunos asistentes.

Finalmente, para cerrar su exposición, la académica realizó una dinámica de aprendizaje kinésico, en el cual invitó a algunos asistentes a participar de la enseñanza de los tiempos verbales en inglés, como ejemplo de cómo se puede innovar en el quehacer pedagógico, sumado a otro tipo de sentidos como la audición, la visión y el aprender haciendo.