Estudiantes de Educación Diferencial hablan sobre sus vivencias en prácticas pedagógicas

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23 / 05 / 2016

Los/as estudiantes Naiza, Francisca, Valeria, Ricardo y Fernanda
Los/as estudiantes Naiza, Francisca, Valeria, Ricardo y Fernanda

Fernanda Olea, Ricardo Serra, Valeria Soto, Francisca Orellena y Naiza Peña cuentan cómo se han desenvuelto en sus respectivos centros de práctica.

Para los estudiantes de cualquier pedagogía, la práctica en distintos centros es fundamental para aprender y evolucionar aún más como futuros profesores. Pero cada una es distinta a la otra y alumnos de Pedagogía en Educación Diferencial cuentan cómo ha sido su experiencia durante los años en la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales.

Fernanda Olea, de segundo año, está realizando su segunda práctica en el Centro Educacional Los Lirios, de la Fundación Coanil, y explica que “ha sido cada día mejor, cada vez me he encantado más con la carrera. Siento que me gusta mucho y cada niño tiene algo en especial, entonces cada uno es un nuevo desafío para mí”.

Por su parte, su compañero de generación y centro práctica, Ricardo Serra, estuvo el año pasado en el Jardín Infantil Ruiseñor del Alba, de Renca, donde comenzó a vivir una nueva experiencia fuera de la universidad.

“Al comienzo sentí que no estaba preparado para la práctica, pero cuando llegué allá, me di cuenta de que era un centro muy bien elegido. Me tocó una profesora guía muy buena y una técnico excelente. También me gustó mucho cómo empezaron a integrarme los niños, es inevitable no encariñarse”, recuerda.

Hoy se encuentra en el centro de Coanil, específicamente en el Nivel Laboral B. “Me gusta mucho la mirada de Coanil, porque ven el potencial de la gente y no tanto la discapacidad. Y eso es muy importante, porque siempre quiero ver el potencial, no la enfermedad ni la condición, que también es importante, pero siempre hay que proyectar a la gente”, asegura.

Durante 2015, la estudiante de tercer año Valeria Soto realizó su práctica en la Escuela Juan Sandoval Carrasco, en el curso 6B de retos múltiples. Ella cuenta que en un comienzo se sentía nerviosa por la nueva experiencia que tendría, pero que con el pasar de los días, fue conociendo poco a poco a sus niños y niñas, planteándose de mejor forma cómo realizar sus clases.

“Ahí hice clases de ciencias, sobre los seres vivos. Creo que hice clases muy llamativas, hasta llevé a un pez real para que lo vieran. Entonces era muy didáctico, buscando muchos recursos”, comenta.

Hoy, la estudiante de tercer año se encuentra en la Escuela Libertadores de Chile y comparte el aula con una estudiante de Pedagogía en Educación General Básica realizando un importante trabajo colaborativo.

Respecto a la malla de la carrera, Valeria valora el complemento que se hace con Educación General Básica. “Creo que eso nos da muchas herramientas para pararnos en cualquier lugar. Yo creo que si hoy me ponen en curso de una escuela especial que no sea reto, por ejemplo, voy a tener las capacidades de poder afrontarlo y poder enseñarles, porque muchas veces se ve como ‘ya cuídalo, diviértelo para que el niño esté tranquilo’, pero no, es enseñarle”, asegura.

Su compañera de generación Francisca Orellana también aprecia la instancia para compartir con estudiantes de Educación General Básica. “Encuentro que es muy bueno y, de hecho, fue por eso que quise ingresar a la UDP. La relación y el vínculo que se hace con la profesora de Educación Básica es súper potente para ayudar al niño”, dice.

Sobre su actual práctica, también en la Escuela Libertadores de Chile, Francisca sostiene que  “este primer semestre es de observación, pero uno igual está activo en el aula. Una ayuda  los niños y a la profesora, o sea, se supone que es ese tu rol. Entonces igual ayudo a los niños cuando tienen pruebas. Los oriento un poco y la profesora queda muy agradecida hasta con ayudarle a corregir algunas pruebas”

En tanto, Naiza Peña, quien está cursando el cuarto año de la carrera, está haciendo su práctica en la Escuela E 125 Aviador Dagoberto Godoy Fuentealba de Conchalí y explica que “creo que es súper importante lograr un trabajo colaborativo con el profesor de aula. Es fundamental porque finalmente no sirve de nada que uno esté trabajando individualmente con algunos niños, aunque haya casos en que si se necesite hacerlo, pero lo ideal es que uno pueda hacer adaptaciones curriculares con la profesora y poder trabajar con todo el curso para que se enriquezca de lo que uno le pueda enseñar”.

La estudiante pertenece a la primera generación que se titulará como Educadora Diferencial de la Universidad Diego Portales y, respecto a la malla curricular de la carrea, asegura que “es bastante completa, sobre todo porque a la educadora diferencial también se le implementa formación en currículum en esta universidad”.

“Si bien en primer y segundo año uno se pregunta por qué nos están formando en currículum, si no somos profesoras de básica, en tercer y cuarto año uno se da cuenta de que es súper necesario, porque uno no puede hacer una clase sin conocimiento del currículum y de los contenidos. Es fundamental”, cerró.