Ruth Arce - La Tercera
16 / 01 / 2023
Entre el 28 y el 30 de noviembre, 245.625 personas rindieron la primera Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) y con ello se puso fin a casi 20 años de una herramienta completamente diferente: la PSU, o Prueba de Selección Universitaria, y que incluyó una Prueba de Transición.
Esta primera generación, incluso, se mostró sorprendida con la PAES. No pocos se quejaron de que habían estudiado más de lo necesario, que lo más difícil había sido enfrentarse a una prueba que no era familiar y que las diferencias eran notorias con los ensayos PDT. Estos eran más fáciles. Y lo único a mano.
“De acuerdo con las habilidades del siglo XXI, no es suficiente con el conocimiento puro, es decir, el saber, sino que es necesario que ese conocimiento pueda aplicarse en distintas circunstancias. Esa es la gran diferencia entre la PAES y las anteriores, cuyo foco estaba en el conocimiento”, comenta Arce.
“Es importante darle un lapso para saber si efectivamente el instrumento refleja la coherencia de que los estudiantes sean medidos con un instrumento que tenga alineación con el currículum escolar. La PSU mostró muy rápidamente, a su tercer año, esa desalineación”, concluye la directora de Pedagogía Media UDP.